martes, 30 de junio de 2020

PRUDENCIO DE SANDOVAL

PRUDENCIO DE SANDOVAL y su visión de las órdenes del Templo y de San Juan.
Un historiador a caballo entre el siglo XVI y el XVII.
Nuestro personaje nace en Valladolid o Tordesillas (que sobre esto hay sus más y sus menos) hacia 1552, falleciendo al parecer en Pamplona hacia 1620. Clérigo benedictino, y obispo de Tuy de 1608 a 1612, pasando a serlo de Pamplona, desde este último año hasta su muerte, en 1620.
Fue el continuador de la crónica iniciada por Florián de Ocampo y Ambrosio de Morales, recopilando gran cantidad de fuentes documentales, aunque al parecer sin demasiada crítica. Su “Vida y Hechos del Emperador Carlos V” es considerada como fuente fundamental por los historiadores del periodo.
Gozó de un gran prestigio internacional como historiador.
En 1598, cuando su primo Francisco Gómez de Sandoval y Rojas (el archiconocido y poderoso duque de Lerma) es nombrado valido de Felipe III, nuestro personaje es nombrado procurador general de los benedictinos en la corte.
Dejó un legado tras su muerte para la construcción de una capilla y mandato de su enterramiento en la catedral de Pamplona. Esta se conoce como la “capilla de Sandoval”, y es la única que no se encuentra dentro de la planta del templo, sino que sale a su exterior. Se demoró su construcción hasta 1651, año en el que se colocó el lienzo de San Benito Abad, bajo cuya advocación se encuentra la citada capilla.




OBRAS
1.- “Crónica del ínclito emperador de España don Alonso VII” (Madrid, 1600).
2.- “Fundaciones de los monasterios del glorioso padre San Benito” (Madrid, 1601).
3.- “Antigüedad de la Ciudad y Iglesia catedral de Tuy” (Braga, 1610).
4.- “Catálogo de los Obispos, que ha tenido la santa Iglesia de Pamplona” (Pamplona, 1614).
5.- “Historia de cinco obispos: Idacio, Isidoro, Sebastiano, Sampiro y Pelagio” (Pamplona, 1615).
6.- “Historia de los reyes de Castilla y León” o “Historia de los cinco reyes” (Pamplona, 1634).
7.- “Historia de la vida y hechos del emperador Carlos V” (Zaragoza, 1634).
Además, podéis encontrar más información en:
Y todo esto, para traeros un párrafo de su obra “Historia de los reyes de Castilla y León”, que nos viene como anillo al dedo para acercarnos al pensamiento de su época respecto a los “caballeros Templarios” y a los de “San Juan”: (TRANSCRIPCIÓN LITERAL):
“(…) Origen de las ordenes de los Templarios y de San Juan de Malta”.
“Pues en España se fundaron en estos tiempos y otros adelante monesterios de los caballeros Templarios, que si las pasiones de los enemigos o sus vicios no los acabaran fuera en nuestros días la más lúcida caballería, rica y estimada del mundo, diré brevemente cuál fue su origen y cuál su fin desdichado.
Había en aquellos tiempos en que la Cristiandad toda iba a la guerra santa, gran multitud de gentes que de todas las provincias del mundo acudían, no con tanto concierto como se requiere en la milicia, donde el orden vale más que las muchas armas. Hubo entre estas gentes nueve caballeros esforzados, todos franceses, de los cuales solo se nombran Hugo de Paganos y Gayfredo de Santo Adelmaro, que tomaron por oficio defender los peregrinos que a los Lugares Santos iban de los salteadores que había, así del puerto de Jafa hasta Jerusalén, como por otros lugares. Andando, pues, el tiempo en que se vió la utilidad que a los cristianos venía de su amparo y defensa, y siendo ya muchos en número, les fue señalado por posada y recogimiento un lugar en el Templo del Santo Sepulcro, queriéndolo así el abad y monjes que en el Templo estaban, de donde les quedó el nombre de templarios. Llegándose a éstos otros caballeros se pusieron en armas y comenzaron a seguirlas contra infieles, dejando otros caballeros que corriesen los campos y guardasen y asegurasen los caminos; por la cual razón muchos príncipes cristianos, para ayudar el propósito santo destos caballeros, les asignaron en sus tierras y dieron posesiones con que se pudiesen sustentar; y vemos por toda España, señaladamente en el camino francés que desde Navarra va a Santiago, ruinas de edificios y templos caídos que fueron destas gentes.
El Papa Honorio Segundo, a instancia de Estéfano, patriarca de Jerusalén, por vivir ellos en comunidad dentro de monesterios, como viven los monjes, les dio regla de orden, ordenada por San Bernardo, con hábito blanco, al cual Eugenio Tercero acrecentó una cruz colorada que trajesen en los pechos. Estos caballeros crecieron en tanto número y hicieron tantos servicios a Dios y a la república cristiana, que en breve tiempo fueron muy ricos y poderosos, señores de villas y castillos y rentas con que se extendieron, no sólo por el Oriente, mas por las partes occidentales, criando sus maestres por las provincias, instituyendo encomiendas, cuyo gran maestre residía en Jerusalén.
En este estado, creciendo en potencia y rentas, florecieron 200 años hasta el de 1310, en que el Papa Clemente V, en el Concilio de Viena de Francia los condenó y extinguió su orden, por las causas que no son para esta historia.
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Casi en el tiempo que comenzó la orden militar de los Templarios, tuvo su principio la de los Caballeros de San Juan, que agora residen en Malta, cuyo principio fue este. En tiempo antiguo, antes que la ciudad santa de Jerusalén se tomase por los cristianos, impetraron algunos peregrinos de la Iglesia latina, del soldán de Egipto, por tributo que le dieron, que pudiesen allí en Jerusalén edificar un monasterio, el cual hicieron junto de la iglesia del Santo Sepulcro, y le llamaron Santa María la Latina, y pusieron en él un abad con sus monjes.
De ahí a poco tiempo edificaron una capilla y hospital para cura y recogimiento de los peregrinos, advocación de San Juan Bautista, al cual sustentaban los monjes de la propia hacienda del monasterio. Viniendo después la ciudad a manos de los cristianos, un religioso de nación francés, que se decía Geraldo, que había mucho tiempo que servía en aquel hospital, determinó de hacer una nueva orden de hombres que hiciesen aquel oficio, y moviendo a esto a algunos hombres píos, tomó hábito regular, y con sus compañeros curaba los pobres y enfermos, y a los que morían enterraba en el campo que llaman Acheldemach. Dieron la obediencia al patriarca y al abad del monasterio, y les daban el diezmo de lo que adquirían, ejercitando este oficio con mucha caridad y devoción. Sabiéndose por los príncipes cristianos, les hicieron muchas donaciones, y les apropiaron rentas, y les asignaron villas y castillos para que más abastadamente y a más número de gente pudiesen proveer y sustentar.
Creciendo el número de estos religiosos, el Papa Honorio Segundo les ordenó regla de vivir, y la confirmó debajo de la orden de San Agustín, dándoles hábito negro, cruz blanca, con voto de castidad, pobreza y obediencia, y de pelear contra infieles por la Religión cristiana; y quedando a cargo de los que eran clérigos el recogimiento, cura y entierro de los peregrinos, los legos se ocupaban en la milicia, y de ahí adelante se llamó su orden del Hospital de San Juan de Jerusalén.
El primer asiento de esta Religión fue en Jerusalén. Después de ganada la ciudad por Saladino, se pasó a la ciudad de Tolemaida de Fenicia, a la que vulgarmente llaman Acre, y otros Acon, y perdiéndose también esta ciudad se pasaron los caballeros a la isla de Rodas, que tomaron a los turcos año 1308; y siéndoles en nuestro tiempos, año 1522, tomada Rodas por los mismos turcos, pidieron al rey don Juan Tercero de Portugal les diese la ciudad de Ceuta para pelear de allí contra los infieles y guardar el mar Mediterráneo de moros y turcos que a las playas de España y de Levante molestaban cada día, lo cual el rey les negó, no bien aconsejado. El emperador Carlos V, rey de España, les dio la isla de Malta, a quien los antiguos llamaron Melite, junto a Sicilia, con feudo de que diesen un halcón cada año. En esta isla, siendo los caballeros acometidos de turcos, muchas veces con poderosas armadas, se han defendido valerosamente, si bien que con sangre y muerte de muchos, y se han sustentado y florecen en la dicha isla gloriosamente.
Tres maneras de religiosos hay entre ellos: unos freires caballeros, otros capellanes, otros que llaman sargentos, que sirven en oficios de la Religión; también hay donados, que son hombres que siendo casados o solteros, se hacen familiares de la orden para gozar de las gracias y privilegios della, los cuales traen cruz blanca de solo tres brazos, que llaman tau. En todas las provincias de la Cristiandad tiene esta Religión encomiendas, priores y dignidades, villas y fortalezas de gruesas rentas, y heredaron mucho de lo que los templarios perdieron; y como son de diferentes naciones, se dividen en ocho lenguas principales, a las cuales las demás se reducen. La primera es de Provenza, la segunda de Alvernia, la tercera de Francia, la cuarta de Aragón, Valencia, Cataluña, Navarra; la quinta de Italia, la sexta era de Inglaterra, la séptima de Alemaña, la octava de Castilla, León y Portugal.”
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El origen del texto que antecede está extraído LITERALMENTE del tomo XVI de la BIBLIOTECA LITERARIA DEL ESTUDIANTE, dirigida por Ramón Menéndez Pidal, en una edición impresa de 1925, con una selección hecha por Samuel Gili Gaya.


Foto Libro: Antonio Espinosa
AE

¡¡ ENHORABUENA A XIVERT HISTORIC Y A ALCALA DE XIVERT !!








HAY GRUPOS DE DIVULGACIÓN HISTÓRICA QUE REALIZAN SU TRABAJO DE UNA MANERA CORDIAL Y EFICIENTE.

¡¡  ENHORABUENA A XIVERT HISTORIC Y A ALCALA DE XIVERT  !!


RESOLUCIÓ de 22 de juny de 2020, de la Presidència de la Generalitat, per la qual es rehabilita l'escut històric d'ús immemorial del municipi d'Alcalà de Xivert. [2020/4932] (DOGV núm. 8846 de 30.06.2020) Ref. Base de dades 004955/2020
Con la colaboración de esta Asociación XIVERT HISTORIC Y EL PLENO EXTRAORDINARIO MUNICIPAL

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RESOLUCIÓN del 22 de junio de 2020, de la Presidencia de la Generalitat, para la cual se rehabilita el escudo histórico del uso inmemorial del municipio de Alcalà de Xivert. [2020/4932] (DOGV no. 8846 de 30.06.2020) Ref. Base de datos 004955/2020
Con la colaboración de esta Asociación XIVERT HISTORIC Y EL PLENO EXTRAORDINARIO MUNICIPAL



VP

domingo, 28 de junio de 2020

JERÓNIMO ZURITA - UN HISTORIADOR DEL SIGLO XVI

JERÓNIMO ZURITA
Un historiador del siglo XVI

Nuestro personaje nace en Zaragoza el 4 de diciembre de 1512, falleciendo en la misma población el 3 de noviembre de 1580, a los 68 años de edad.
Historiador y cronista mayor del Reino de Aragón, su obra cumbre es Anales de la Corona de Aragón (http://bibliotecavirtual.aragon.es/bva/i18n/consulta/registro.cmd?id=3708), escritos entre 1562 y 1580.
Estudió retórica, latín y griego en Alcalá de Henares con el conocido helenista Hernán Núñez. No dejó de aprender, además, varias lenguas modernas, como el francés, el italiano, el portugués y el catalán.


En 1530, y gracias a la influencia de su padre Miguel de Zurita, que fue médico de Fernando el Católico y Carlos I, consiguió el puesto de magistrado de la ciudad de Barbastro y continuo de la Casa Real, para, poco más tarde, ser nombrado baile de Huesca.
En 1537 fue nombrado asistente-secretario de la Inquisición al servicio del cardenal Juan Tavera, que desempeñaba los cargos de miembro del Consejo de Estado, inquisidor general y arzobispo de Toledo.
En 1548 fue nombrado cronista del Reino de Aragón, y en 1566 Felipe II lo nombra secretario para el concilio de la Inquisición, así como secretario de su Consejo y Cámara, delegando en él todos los asuntos de suficiente importancia como para requerir la firma del rey.
Zurita obtiene una sinecura en Zaragoza y renuncia a sus anteriores cargos el 21 de enero de 1571 para dedicarse por completo a la composición de sus Anales de la Corona de Aragón, cuyo primer tomo aparece en 1562. Vivió para ver el último volumen publicado en Zaragoza el 22 de abril de 1580. Muere el 3 de noviembre de ese mismo año.
OBRA
La magna obra de Jerónimo de Zurita, en la que trabajó durante treinta años, es Anales de la Corona de Aragón (1562-1580). En ella historia los sucesos de Aragón en orden cronológico desde el periodo islámico hasta el reinado de Fernando el Católico.
Tiene un alcance más allá de lo aragonés, pues en el desarrollo de la crónica, se ven imbricados todos los reinos peninsulares, incluyendo Portugal.
Otra obra importante, también relacionada con la Historia de Aragón, es su Indices rerum ab Aragoniae regibus gestarum (Zaragoza, 1578), una crónica de los reyes de Aragón hasta Martín I el Humano, a la que se adjunta la Historia de Sicilia, escrita por Godofredo Malaterra y otros historiadores. A la misma temática pertenece Progresos de la Historia en el reino de Aragón (Zaragoza, 1580).
Historia del rey don Fernando el Católico completa el último periodo abordado en los Anales y profundiza en la figura de este rey, que dio origen a la creación del Estado Moderno. El acercamiento a Fernando II de Aragón es un asunto reiterado en la historiografía aragonesa. Así, fue objeto de atención también por parte de Baltasar Gracián, que lo tomó como modelo en El político don Fernando el Católico.
De índole historiográfica es Enmiendas y advertencias en las crónicas de los reyes de Castilla que escribió don López de Ayala, que no fue editada hasta 1683. En ella critica las crónicas de Pero López de Ayala de los reyes Pedro I, Enrique II, Juan I y Enrique III de Castilla. De parecido talante son sus Comentarios a los Claros varones de Pulgar, donde examina la obra de Hernando del Pulgar, Claros varones de Castilla, de 1486, que retrataba los personajes ilustres de la corte de Enrique IV de Castilla.
El estilo de Zurita puede parecer en la actualidad austero pero es incuestionable su autoridad como cronista moderno y su método historiográfico riguroso. Muestra una nueva concepción de los deberes de un historiador y, no contento con los amplios materiales guardados en los archivos de Aragón, buscó sus fuentes en los Países Bajos, Roma, Nápoles y Sicilia, para encontrar documentos de primera mano que le permitieran replantear la historia desde sus materiales más fidedignos.

CONFERENCIA DE SERGIO SOLSONA PALMA : "GRIAL, FIN DE LA BÚSQUEDA"


CONFERENCIA DE SERGIO SOLSONA PALMA

"GRIAL, FIN DE LA BÚSQUEDA"




Conferencia durante la XII edición del ciclo de conferencias SIPE (2019)

El Grial, el fin de la búsqueda a cargo del escritor y divulgador histórico, Sergio Solsona Palma.






















AE

viernes, 26 de junio de 2020

JUANELO TURRIANO (O JANELLO TORRIANI)

JUANELO TURRIANO

Juanelo Turriano ( o Janello Torriani), falleció el 13 de junio de 1585 en nuestra querida Toledo.
Nacido en Cremona (Milanesado) en 1500, fue un famoso ingeniero e inventor hispano milanés.
En 1556, llamado por Carlos I, llega a España para ser nombrado Relojero de Corte, construyendo para este monarca dos famosos relojes astronómicos, el Mocrocosmo y el Cristalino que le hicieron ser conocido en su época, porque eran capaces de indicar en su época la posición de los astros en cada momento, con objeto de interpretaciones astrológicas.
Felipe II le nombró Matemático Mayor. Reclamado por el papa Gregorio XIII, participó en la reforma del calendario. Vuelto a España, Juan de Herrera le encarga el diseño de las campanas del Monasterio de El Escorial.
Trabajó y vivió en Toledo desde 1534, donde murió el 13 de junio de 1585 en la indigencia.



ARTIFICIO DE JUANELO

Por lo que es más conocido es por la máquina hidráulica que construyó para subir el agua a Toledo desde el río, conocida como el Ingenio de Toledo o Artificio de Juanelo. Sobre su funcionamiento hay aún controversias, más o menos aclaradas desde el clásico trabajo del ingeniero Luis de la Escosura Morrogh (1888), hasta el más reciente Modelo con escaleras de Valturio (2009) (siendo incluso recreado en la Exposición Universal de Sevilla en 1992 con el objetivo de hacer funcionar un reloj y durante la cual se mantuvo en funcionamiento). Lo cierto es que la máquina conseguía llevar el agua del río Tajo hasta el Alcázar, situado a casi 100 metros por encima del cauce del río. Basado en el uso de la propia energía hidráulica del río Tajo, constaba de gran cantidad de «cucharas» o «brazos de madera», engranados de modo ingenioso, que se iban pasando el agua los unos a los otros, en altura creciente, de tal manera que podía elevar gran cantidad de agua salvando el desnivel. Al parecer se mantuvo en funcionamiento, con un rendimiento cada vez menor a medida que envejecía y se deterioraba, hasta el año 1639. Se ha calculado que en su mejor momento podía ascender en torno a 16-17 metros cúbicos al día (16-17 mil litros).
Según las fuentes escritas, se construyeron dos artificios semejantes: el primero, encargado por el Ayuntamiento, debía llevar el agua hasta el Alcázar como cota más alta de la ciudad, pero el ejército, propietario del Alcázar, se negó a repartir estas aguas con la ciudad. Así, el ayuntamiento encargó otro, que Juanelo ejecutó.
El problema de Juanelo, que prácticamente le llevó a la tumba, era que nadie quería pagar el primero de los artificios: el Ayuntamiento porque no recibía las aguas y el ejército porque no había firmado ningún contrato. Entre unos y otros, Juanelo se arruinó y fue enterrado modestamente en un convento toledano.

HOMBRE DE PALO

Existen dudas sobre su naturaleza y función, pero la leyenda más extendida en la ciudad de Toledo afirma que consistía en un aparato de madera, construido con el fin de recolectar limosnas, y con capacidad para mover piernas y brazos.
Algunas versiones poco verosímiles de la leyenda dicen que dicho artefacto era capaz de andar buscando la caridad de los viandantes, y que incluso era capaz de inclinarse en una reverencia cuando recibía alguna moneda. No hay muchos documentos históricos acerca de la naturaleza del autómata, ya que fue quemado cuando aún Turriano estaba con vida, pero ha quedado constancia del punto donde se localizaba: la antigua calle de las Asaderías de Toledo, actualmente denominada "Calle del Hombre de Palo".
Existe una curiosa teoría, según la cual Doménico Teotocopulos, El Greco, en su obra "El entierro del Conde de Orgaz" expone quiénes ocultaron el armazón del autómata. Para ello, se basa en las escenas que adornan las vestiduras de las apariciones celestiales, en el misterioso monje de hábito gris, y en el paje que, en primer término, señala claramente el símbolo rosacruz en una de las túnicas.
Es fama que allí construyó un autómata de madera, llamado el Hombre de palo, aunque de momento no se ha podido demostrar que llegase a existir como tal, una calle de la ciudad lo recuerda por este hecho.
Otros
Además inventó una especie de ametralladora rudimentaria y algunas máquinas voladoras, diseñadas y también construidas por él.
A Juanelo se la atribuyó ser el autor de los Veintiún Libros de los Ingenios y Máquinas, obra editada en su integridad por la Fundación Juanelo. El léxico ha descartado su atribución al ingeniero cremonés. Al parecer también escribió otros muchos libros y tratados, aunque como eran de temas militares se consideraron secretos en la época en la que vivió y no llegaron a ver la luz en su momento, siendo publicados muchos años después.
Turriano fue contemporáneo del también célebre científico e inventor Blasco de Garay, quien también residía en Toledo e igualmente estaba al servicio del Emperador.
Juanelo Turriano en la literatura
En el año 2000 fue publicada una aproximación biográfica a la figura de Juanelo Turriano. Se trata de la novela Las Grullas del otoño volaron sobre el Tajo (Un ingenio para el César) del escritor Ricardo Sánchez Candelas, libro en el que se narran los últimos años de la vida de Turriano.
En el mismo año, el escritor Jesús Ferrero publicó Juanelo o el hombre nuevo, cuyo protagonista es la creación de Turriano.
En 2002 el periodista Baltasar Magro escribió El círculo de Juanelo, novela que trata sobre un estudio de la vida de Juanelo Turriano hecho por unos amigos durante la época de Franco.
En la novela de José Vicente Pascual El ingeniero y el rey, aparece Juanelo como detective en Yuste, días antes de morir el emperador Carlos I.
La novela Memorias de un Hombre de Palo de Antonio Lázaro gira en torno a la figura de Juanelo en su etapa toledana.
También aparece en la novela La llave maestra de Agustín Sánchez Vidal.
También se le menciona en la novela Los tiempos del odio de Rosa Montero.

AE

martes, 16 de junio de 2020

FLAONES



REPOSTERÍA MEDIEVAL


 *****  Flaones  ******  






Son empanadillas medievales de masa simple, rellenas de queso, huevos y plantas aromáticas, que se elaboraban para festines y bodas. El Quijote los tenía en su haber gastronómico.
Ingredientes (12 flaones medianos)

Masa:
200 g de harina de trigo
50 ml de aceite de oliva
Agua, la necesaria
Aceite de cocina para freír

Relleno:
250 g de queso fresco
50 g de queso curado
5 huevos
5 g de yerbabuena seca
100 g de azúcar
Agua de rosas o de azahar, al gusto

Miel:
Jarabe de piloncillo o melaza
Canela o anís, al gusto

Instrucciones

Para el relleno: se baten los ingredientes hasta obtener una mezcla ligeramente seca que apelmace.

Para la masa: se mezclan la harina, el aceite, el agua y la sal hasta obtener una masa manejable —puede añadirse ralladura de naranja o de limón, para darle sabor. Dejar reposar unos minutos antes de moldear las empanadillas: se toman bolitas de masa y se aplastan con el rodillo hasta formar círculos. Éstos se rellenan, se doblan por la mitad y se sellan con un pliegue o con un tenedor. Las empanadillas se fríen en aceite hasta que estén doradas por ambos lados. Para servirlas, se les cubre con la miel de piloncillo sazonada con la canela o el anís, y se les espolvorea azúcar y canela.






                                                                                                                           V.P.



jueves, 11 de junio de 2020