El cuadro de la imagen se conserva en el Museo del Prado, aunque no está expuesto al público.
Procede del oratorio en el Cuarto Real del Monasterio de Santo Tomás, trasladándose con la Desamortización de 1836 desde Ávila hasta el Museo Nacional de Pintura y Escultura (Museo de la Trinidad) en Madrid. Es un claro ejemplo del goticismo imperante de la época.
Realizado al temple sobre tabla, tiene unas dimensiones de 123 x 112 cm y ha recibido el nombre de «La Virgen de los Reyes Católicos», fijándose su cronología entre 1491 y 1493, datando los trajes, a la moda de 1490, y la edad del príncipe Juan. Su autoría ha sido un tema de gran debate, siendo atribuida a varios autores, denominándose tradicionalmente como Maestro de la Virgen de los Reyes Católicos, aunque últimas investigaciones, como veremos, señalan a dos autores.
La composición del cuadro es la de una sacra conversazione: se representa una estancia con ventanas a través de las cuales se puede contemplar un paisaje de estilo flamenco. El suelo de baldosas y la tarima sobre la que se encuentra el trono de la Virgen presentan una perspectiva algo forzada. Representada en primer plano y en el centro de la composición la Virgen con el Niño. Sentada en un trono de arquitectura gótica, decorado con ángeles músicos que representan la Corte celestial y varias figuras pequeñísimas en hornacinas, la Virgen va vestida con un ostentoso traje rojo y dorado, sosteniendo en brazos al niño Jesús semidesnudo, apenas cubierto por una tela blanca y los brazos doblados de manera imposible.
En un plano inferior, de pie, se sitúan dos santos en hábito dominico: Santo Domingo de Guzmán, a la derecha, y Santo Tomás de Aquino, a la izquierda. Santo Domingo de Guzmán aparece representado como fundador de la orden de los dominicos con un libro por ser doctor de la Iglesia,y un lirio símbolo iconográfico de la Virgen,por su devoción mariana. Por su parte, Santo Tomás de Aquino representado con un libro por ser también doctor de la Iglesia y una maqueta del monasterio de Santo Tomás por ser la advocación del mismo.
Un plano por debajo, en actitud orante y como donantes, aparecen los Reyes Católicos formando una composición simétrica, Fernando aparece vestido con ropajes similares a los de la Virgen, e Isabel con ricos ropajes dorados y ocres. En el momento de la representación los reyes rondarían en torno a los cuarenta años, de lo que se deduce que los retratos son idealizados y no verídicos.
Junto a los reyes aparecen dos de sus hijos. Al lado de Fernando aparece el príncipe Juan, ataviado con ricos ropajes y también actitud orante, representada como un niño; y la infanta Isabel, la primogénita, junto a la reina Isabel, cuya figura es la única retratada de perfil, lo que dificulta conocer sus rasgos faciales y que ha llevado a dudas sobre a quién personifica.
Detrás de la reina y junto a la infanta Isabel, aparece representada una figura masculina con una espada en el pecho, símbolo de su martirio, a quien se ha identificado con Pedro de Arbués, Inquisidor de Aragón y asesinado en 1485, pero también se ha tratado de relacionar con San Pedro de Verona, asesinado por hereje y representado con el cuchillo y la herida abierta en la cabeza, quien para algunos aparece como Pedro Mártir de Anglería, humanista y confesor de la reina, al estar justo a su lado. La intención de representar a la Inquisición y a Torquemada es la de afianzar la imagen de los Reyes Católicos como valedores de la defensa de la fe católica, expulsando a los herejes (judíos y musulmanes).
Junto al rey Fernando aparece fray Tomás de Torquemada, confesor de los Reyes Católicos e Inquisidor General de Castilla y Aragón. Su rostro aparece representado con arrugas en la frente y sin estar idealizado, quizá en un intento de representarle de manera fehaciente, porque la tabla formó parte de la capilla funeraria del propio Torquemada: la pintura estuvo situada sobre el sepulcro del inquisidor y el retratarle tendría una función de prestigio y memorial, al perpetuarse su figura como una guía ejemplar a los miembros de la comunidad dominica.
¿Quién fue su autor?
La autoría de «La Virgen de los Reyes Católicos», siempre se ha atribuido a los mejores pintores de finales del siglo XV en Castilla: Pedro Berruguete según Carderera, Michel Sittow según Cruzada Villaamil y Pedro de Madrazo, Melchor Alemán, Diego de la Cruz, y maestros anónimos como el Maestro de Santa Cruz, el Maestro de Miraflores o el Maestro de Ávila del que cronológicamente le separan unos treinta años, por lo que no resulta convincente esta hipótesis,o alguien del taller o círculo de Fernando Gallego, el Maestro Bartolomé o el Maestro de Osma. Demasiados autores para una magnífica pintura que ante la disparidad de opiniones tradicionalmente se conoce como el Maestro de la Virgen de los Reyes Católicos.
Las hipótesis que cobran más fuerza en pos de atribuir su autoría, al identificarse la mano de al menos dos pintores distintos al encontrarse gran diversidad en el estilo y el dibujo, serían Fernando Gallego, al encontrarse similitudes con su obra Bendiciendo a Cristo; y el maestro Bartolomé, con semejanzas en su obra Virgen de la Leche. Ambos artistas trabajaron juntos en el retablo de la catedral de Ciudad Rodrigo (entre 1486 y 1491). A todo esto se suma la investigación realizada por la profesora y epigrafista de la UAM Alicia M. Cantó (28/06/2016), quién ha descubierto dos firmas escondidas en distintos lugares de la tabla posiblemente tres firmas,que se corresponderían a éstos dos pintores. Pendientes de ésta investigación, la Virgen de los Reyes Católicos todavía guarda muchos secretos, que nos serán desvelados a raíz de nuevas investigaciones, pero mientras, sigamos deleitándonos ante la magnífica pintura.
JMZ