Esto se hacía al terminar el recorrido oficial la noche de Viernes Santo. Y allí quedaba expuesta a la veneración de los fieles durante todo el Sábado Santo, en el que el pueblo de Málaga iba a visitar a la Virgen para acompañarla durante todo el día en su Soledad.
El señor obispo se reunió primero, para pedir opinión, con todos los párrocos de la capital, los que prestaron su más entusiasta apoyo a la idea. Era una verdadera peregrinación del pueblo de Málaga hacia la Catedral, que se llamó "el pésame a la Virgen ".
Luego, al atardecer de este último día de la Semana Mayor, la Virgen de Servitas era llevada de nuevo a la parroquia de San Felipe después de un acto en el que predicaba el prelado. Ignoro cuál fue la causa de que esta costumbre se perdiese como tantas otras.
Buenos días.
RMRZ