domingo, 10 de febrero de 2019

SEVILLA Y LA LEYENDA DEL NO&DO

SEVILLA Y LA LEYENDA DEL NO&DO

A muchas de las personas que llegan a Sevilla les llama poderosamente la atención que en los más emblemáticos edificios pueden leer esta extraña «palabra», grabada en la piedra por casi toda la eternidad, sin alcanzar a saber la razón.


Encierra en sí todo un canto a la sabiduría y agradecimiento de un rey. Así el lema es algo más, es una suerte de acertijo, una suerte de jeroglífico que se debe descubrir sabiendo la Historia de la vieja Híspalis.
Está grabado en la piedra, cierto, pero también está grabado en el corazón del sevillano y en su idiosincrasia, no es un asunto baladí y explica, a las claras, el sentir de un pueblo que en letras doradas sobre campo grana explica como siente, como vive o, simplemente, como es.
Tendríamos que ir a tiempo de un rey sin igual, más interesado en la pluma que en la espada, se trataba de Alfonso X, llamado «El Sabio» por el pueblo, el más inteligente a la hora de poner sobrenombres o motes a reyes o vecinos. 
La leyenda del NO&DO nos lleva a esos tiempos en los que el monarca, ya anciano, se veía acosado por el descontento del pueblo, teniendo partidarios y detractores al 50%, uno de ellos el propio hijo de este, el príncipe Sancho de Castilla, apoyado por Doña Violante, madre de Don Sancho y esposa del rey, en lo que podría ser una relación marital muy propia del cainismo del que escribía Machado.
Cuenta la leyenda que se encontraba el bien rey acosado por el ejército de Don Sancho y que cómo refugio fue a dar con sus huesos que la ciudad hispalense donde sería protegido por los sevillanos de la época. Por muchas presiones a las que fue sometida la ciudad esta no cedió y no entregó al monarca que veía como día tras día la resistencia de la ciudad se acrecentaba.
El cariño y la admiración de Alfonso X «El Sabio» no parecía tener límites y como hombre de letras, culto, con agradecimiento infinito, decidió regalar algo a la ciudad más importante que el oro o el poder: la Cultura.
Aficionado a los jeroglíficos decidió fundir su corazón con su pensamiento y así ideó un lema formada por las sílabas «NO» y «DO», enlazadas por una especie de 8 o madeja, resultando que así: « NO&DO».
Muchos fueron los que no entendieron lo que quería decir el buen rey con aquel regalo, con aquel extraño criptograma que, sin embargo era el símbolo a la lealtad y no caer en el desaliento.
Para el buen rey Sevilla era el No&Do pues «no madeja do», aquella hermosa ciudad a orillas del Guadalquivir «no me ha dejado, no me ha abandonado, ha sido leal», es el canto a la fidelidad.
Era el año 1283 de Nuestro Señor (cómo gustaba de escribirse en tiempos remotos). La reproducción más antigua de este símbolo ya de la ciudad es del siglo XVI, está en la Sala de Plenos del Ayuntamiento, fechada en 1533.
En 1438 podía verse en el Cabildo Viejo de la ciudad «es muy extraño que hasta 1588, cuando Argote de Molina lo cita en un escrito, no haya ningún historiador que hable del NO8DO, lo que pone de manifiesto que la leyenda del no-madeja-do es una reinterpretación del símbolo», indicaba Emilio Carrillo, estudioso de estos temas históricos, al respecto.
De cualquier forma Sevilla ha seguido, con el paso del tiempo, siendo fiel a sus convicciones, con sus filias y sus fobias, pero siempre leal a su pensamiento y que sabe recompensar a todo aquel que se gana el corazón del sevillano con verdades y no con traiciones o engaños. Lema eterno para una ciudad eterna.
Bibligrafia:
Hemeroteca de ABC Sevilla

JM