miércoles, 12 de junio de 2019

13 DE JUNIO DE 964 - LAS GLOSAS EMILIANENSES

13 DE JUNIO DE 964
LAS GLOSAS EMILIANENSES
(Hace 1055 años)

Efemérides del día (Nº 361) – 13 de junio de 964: fecha de las Glosas Emilianenses de la biblioteca del Monasterio de San Millán de Yuso, tradicionalmente considerada el primer testimonio escrito en castellano.
Las Glosas Emilianenses son pequeñas anotaciones manuscritas en un códice en latín, realizadas en varias lenguas: entre ellas el propio latín, un romance hispánico (bien español medieval con rasgos riojanos, bien navarro-aragonés en su variedad riojana) y euskera. Se encuentran entre las líneas del texto principal y en los márgenes de algunos pasajes del códice Aemilianensis 60 a finales del siglo X o a principios del siglo XI. La intención del monje copista era probablemente la de aclarar el significado de algunos pasajes del texto latino.
La importancia filológica de estas glosas, que no fue advertida hasta el siglo XX, es la de contener el testimonio escrito más temprano del que se tenía noticia hasta entonces, en forma arcaica, pero claramente reconocible, de un romance hablado en el área actual del idioma español; al parecer, era la lengua vernácula hablada por entonces en la zona, a pesar del predominio del latín en muchos ámbitos cultos y registros escritos. De las Glosas Emilianenses, que suman más de mil en total, unas cien están en ese romance riojano y poseen el interés añadido de incluir dos anotaciones en euskera, siendo este el primer testimonio escrito conocido, no epigráfico, en dicha lengua.
El nombre se debe a que fueron compuestas en el Monasterio de San Millán de la Cogolla (Millán o Emiliano procede del latín Aemilianus), perteneciente a La Rioja y por aquel entonces parte del Reino de Navarra. Su valor se descubrió en 1911, cuando Manuel Gómez-Moreno, que estudiaba la arquitectura mozárabe del Monasterio de Suso, transcribió todas las glosas, alrededor de mil, y las envió a Ramón Menéndez Pidal.
San Millán de la Cogolla (y La Rioja por extensión) reciben a menudo el sobrenombre de «cuna del castellano» gracias a ellas; no obstante, varios autores sostienen que las glosas no están escritas exactamente en un castellano antiguo, sino en navarro-aragonés en su variedad riojana. A día de hoy se han encontrado algunos textos más antiguos que pueden considerarse protocastellanos; el Instituto Castellano y Leonés de la Lengua (ILCYL), dató los Cartularios de Valpuesta junto con la Nodicia de Kesos, como algunos de los registros con rasgos de las lenguas castellana y leonesa más antiguos que se conocen.

En noviembre de 2010, la Real Academia Española avaló los cartularios, escritos en «una lengua latina asaltada por una lengua viva», como los primeros documentos en los que aparecen palabras escritas en castellano, anteriores a las Glosas Emilianenses. Sin embargo, la diferencia más destacable entre estos dos documentos y las Glosas Emilianenses, es que las glosas presentan estructura gramatical romance, algo que no se da en los Cartularios de Valpuesta y la Nodicia de Kesos, los cuales son textos escritos en latín y de gramática latina en los que se incluyen algunas palabras romances. Por tanto, las Glosas Emlianenses son los textos en romance ibérico (del área geográfica actual de lengua castellana) más antiguos de los que se tiene noticia, en los que están presentes todos los niveles lingüísticos.
La imagen muestra la página 72 del Códice Emilianense 60 (que se encuentra hoy día en la Biblioteca de la Real Academia de la Historia). En ella puede apreciarse el texto de una homilía en latín a la que el monje copista hizo sus propias anotaciones (glosas) en navarro-aragonés entre líneas y al margen del texto.
Fuente:
Wikipedia.


Imagen:
Página 72 del Códice Emilianense 60. Se aprecia la glosa al margen.
Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=872961

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