Castro Marin es un pueblo costero de Portugal, situado a escasos metros de Vila Real de Santo Antonio, otro de los pueblos pertenecientes a Faro situados dentro del famoso Algarve.
En el siglo XIV fue sede de la Orden de Cristo, una orden militar portuguesa descendiente de los Templarios que estuvieron por la zona y que usaron el castillo como fortaleza. Los caballeros de la Orden del Temple ayudaron a los portugueses en tiempos de la reconquista y en agradecimiento, dejaron a su cuidado y protección algunos pequeños núcleos de población como Castro Marim.
En la misma puerta del castillo dice: "ERA M CCC XII POPVLAVIT CASTRUM MARINUS REX ALFONSVS PORTUGAL ET ALGARVI ERSTI..." y ahí queda la cosa porque la última línea la ha devorado la corrosión. Viene a decir: En la era de 1312 (recordemos que la Era Hispánica iba 38 años por delante de la Era Cristiana, o sea, 1274) pobló Castro Marim Alfonso, rey de Portugal y del Algarve (...). O sea, que durante casi 30 años parece ser que nadie tuvo mucho interés en asentarse en aquel lugar. Así pues, para fomentar dicho poblamiento, tres años más tarde se le concedió fuero propio a la villa y mandó reconstruir el castillo.
El 1 de mayo de 1282, don Dinis mejoró el fuero otorgado por don Afonso y ordenó llevar a cabo mejoras en el castillo pero, a raíz de la firma del Tratado de Alcañices en 1297, Ayamonte pasó a manos de Castilla, por lo que Castro Marim se convirtió en un enclave fronterizo de primera línea, lo que llevó al monarca a mandar construir la "muralha de fora" para protección del vecindario, que hasta aquel momento había vivido al abrigo del castillo, pero sin una cerca urbana que lo defendiera en caso de ataque. Posteriormente, en 1319, la ciudad fue dada a la recién creada Orden de Cristo, heredera de los bienes del extinguido Temple en Portugal, a fin de que establecieran en ella su primera sede. Obviamente, la elección del lugar iba encaminada ante todo a disponer de unas tropas selectas para defender un enclave de vital importancia para la corona portuguesa ya que Castilla, tras apoderarse de la taifa de Niebla, perseguía expandirse hacia el Algarve. Cuando la sede de la orden se trasladó a Tomar en 1334, la tenencia de Castro Marim fue dada a la orden de Santiago, buscando siempre como queda claro el que la población estuvira defendida por tropas de calidad. Sin embargo, la repoblación no acababa de cuajar y, a pesar de los ventajosos fueros otorgados por la corona, la riqueza pesquera de la zona y la protección asegurada tanto por la cerca urbana como una guarnición de primera clase, en 1421 don João I tuvo que autorizar un "couto de homiziados" por el que cuarenta convictos de asesinato veían conmutadas sus penas a cambio de repoblar Castro Marin