sábado, 26 de enero de 2019

MONASTERIO DE JUAN DE LA PEÑA

MONASTERIO DE JUAN DE LA PEÑA

Cubierto por la enorme roca que le da nombre, el conjunto, que abarca una amplia cronología que se inicia en el siglo X, aparece perfectamente mimetizado con su excepcional entorno natural. 

En su interior destacan la iglesia prerrománica, las pinturas de San Cosme y San Damián, del siglo XII, el denominado Panteón de Nobles, la iglesia superior, consagrada en 1094, y la capilla gótica de San Victorián, pero sobre todo sobresale el magnífico claustro románico, obra de dos talleres diferentes. 

A todo ello hay que sumar otros edificios posteriores a los siglos medievales, entre los que cabe señalar el Panteón Real, de estilo neoclásico, erigido en el último tercio del siglo XVIII.

Los auténticos orígenes del monasterio se pierden en la oscuridad de los tiempos altomedievales y se le ha supuesto refugio de eremitas, aunque los datos históricos nos conducen a la fundación de un pequeño centro monástico dedicado a San Juan Bautista en el siglo X, del que sobreviven algunos elementos.

Una de las tradiciones más interesantes afirma que el legendario Santo Grial fue escondido durante siglos en las montañas de Huesca y custodiado en el Monasterio de Juan de la Peña


Conocedor de esta tradición, el rey Martín I el Humano se hizo con esta preciada reliquia y la trasladó a Zaragoza en 1399 aunque, posteriormente, Alfonso V la depositó en la catedral de Valencia donde se venera desde 1437 con el nombre de Santo Cáliz.










MJMT